Recientemente, estuve leyendo de un problema muy grave y también triste; en Suecia un grupo de científicos descubrieron que los fármacos echados en los ríos hubieran tenidos efectos en los peces que viven allá. Aunque el agua viene por un tratamiento de depuración, los drogas quedan. Lo que encontraron especificamente, fue la droga llamado Oxazepam que se usa para el tratamiento de la ansiedad. La presencia de esta droga ha cambiado el comportamiento de los peces; se vuelven más aislados, comen más rápidos, y no sigan con sus normales instinctos de peligro. Los peces expuestos a menores contenidos de la droga en el agua son más atrevidos y no tienen miedo de quedar solos, que es muy raro y algo mal para la supervivencia. Esto me llama la atención porque muestra la importancia de la disposición adecuada de los fármacos; no es justo que estas peces tienen que vivir así. Si este problema no sea resuelto podría eliminar la especie si los peces comportan sin cuidado y podría crear un desequilibrio en la cadena alimenticia. Claro que si nos importamos el medio ambiente, no podemos tirar las drogas en las cañerías o la taza, si lo hacemos afectará mucho al fauna y flora de una manera muy detrimental.
Ver el artículo: Los peces europeos se 'vuelven locos' con los ansiolíticos que echamos a los ríos

Es verdad: hay que deshacerse de los fármacos con responsabilidad. No se deben tirar por el wáter (cosa que antes en realidad te recomendaban hacer). Ahora se recomienda tirarlos a la basura o llevarlos a la propia farmacia (por ejemplo, en Scott & White los reciben).
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